HOLA !!!!

Este "blog" solo tiene por finalidad contar todo tipo de cosas que pueden aparecer en la memoria con el solo fin de entretener. Es como, cuando nos reunimos un grupo de amigos y damos rienda suelta al "te acordás?"

30 de mayo de 2009

El peso del SEIS


No hace mucho que me he dado cuenta cuánto pesa el número seis en la vida del hombre.
Si. Depende donde esté el seis al que me refiero por supuesto. Si es una sola cifra, de hecho pesa muy poco, es casi imperceptible y hasta liviana se podría decir! Si en cambio es parte de dos cifras, depende donde esté, si es como segunda cifra del número que conforma, al principio seguirá siendo liviano...pero irá aumentando de peso. Y cuando sea primera cifra del número conformado...allí es donde quiero llegar, donde yo les digo QUE ES PESADO!!!
A esta altura del relato, todos se habrán dado cuenta que me refiero AL PESO DEL SEIS en la edad!
Y por qué el SEIS, y no el cinco, o el cuatro, o cualquier otro número, que ya haya pasado por ese lugar privilegiado de la cifra de la edad? Porque no dudéis, que con la sexta década aparecen un montón de cosas, que antes no estaban!!! Ese montón de cosas no son otras, que Enfermedades, Dolores, Sensaciones, Desilusiones, Arrepentimientos, etc. etc. y un largo etcétera, se lo puedo garantizar. Vean si no: cuando cumples los 60, automáticamente pasas a ser un “SEXAGENARIO”, no te lo dirán empleando ese término directamente en la cara, pero por atrás tuyo pasas a ser un “viejo sexagenario”, (lo cual es correcto desde el punto de vista idiomático), pero sin embargo, cuando cumples 50, nadie te dice “viejo cincuentenario” o cuando cumples cuarenta tampoco se te tilda de “cuarentón”.
En efecto, la primera condición, que vas a arrastrar es esa: la de SEXAGENARIO, y atrás de ellas vendrán todas las consecuencias obvias a saber:
• Dificultades para agacharte o inclinarte.
• Caminar más lento.
• Menos cuota de Paciencia.
• Mirada compasiva (a veces) del resto de los humanos que circunstancialmente o permanentemente deambulan a tu lado
• Actitudes (no criticables por supuesto) de pequeñas solidaridades de los demás, como por ejemplo apurarse para levantar del piso cualquier cosa que se te haya caído. Y cuanto mayor (o más cercano a tu edad) es el que la ejerce, y ni que decir si tu eres hombre y la que te quiere ayudar es mujer, PEOR AÚN!.
• Suposición automática del resto de los mortales más jóvenes que tú, que por ser “una persona mayor”, no sabes o no puedes operar un cajero automático, o no entiendes un ápice de computación, que no puedes abrir una bolsita del supermercado, o no alcanzarás a subir o bajar normalmente y como el resto de las personas al autobús y como esas operaciones cotidianas,… miles!!!
• Que hablar y para que contabilizar, el pseudo cariñoso tratamiento de cualquier persona hacia ti, cuando te dicen “ABUELO” y a lo mejor ni siquiera lo eres!!!.
Las otras “cosillas” que empezarás a experimentar, a partir de la “sexagenaridad” o tal vez a observar si ya te venían de antes pero no habías reparado en ellas, son los distintos tipos de dolencias leves o más intensas, como la disminución más acelerada de la visión, la sordera que te empieza a obligar a pedir que te repitan las cosas o a aumentar el volumen de la televisión o de la radio, ciertos dolores en las articulaciones más o menos molestos e inhabilitantes, aumento de las sensaciones de frío como consecuencia de la disminución natural para la edad de la temperatura corporal, etc, etc,… otra vez un largo etcétera para este capítulo!
Y no puede ser olvidado en este recuento de los sinsabores el capítulo de las desilusiones. Claro, todos hemos tenido en mayor o menor medida ilusiones en la vida, grandes o pequeñas, importantes o intrascendentes, materiales o no, y aunque no lo creas, justamente cuando te conviertes en sexagenario, es cuando empiezas a darte cuenta que quizá ya no te queda tiempo para que al menos algunas de aquellas ilusiones insatisfechas, se te puedan conceder. Quizá este es el punto más doloroso y más cruel de lo que te puede suceder cuando empieza la sexta década, o lo que es lo mismo cuando aparece el fatídico SEIS, en la conformación del número de tu edad!
En realidad, cada cambio de década, en la vida de un ser humano, no es más que el mero transcurso del tiempo y no tiene por qué tener un significado especial, sin embargo el paso de la quinta a la sexta década conlleva algo especial, sea porque tal vez en general el organismo del ser humano está más desgastado y ya empieza a acusar problemas que anteriormente no demostraba, o porque el devenir del tiempo nos hace más sensibles y a la vez intolerantes a los problemas que a lo mejor en otro momento de la vida hubiéramos sorteado mucho mas fácilmente y hasta sin inmutarnos.
Lo cierto que el SEIS en la edad, no solo es PESADO, también es de TEMER!!!